sokai dojo zen
Entrar y salir de la mente

La mente es un lugar íntimo, privado, nadie puede entrar en tu mente, nadie sabe lo que estás pensando ahora mismo.
Es como una habitación, en ella surgen nuestras fantasías, nuestros miedos. Pasamos buena parte de nuestras vidas confinados en la habitación de nuestra mente.
En zazen podemos entrar y salir de la habitación mental. Podemos desconfinarnos. Salimos del espacio imaginario, ilusorio, de lo mental, al momento presente, a este aquí y ahora.
Esto es posible gracias al método que enseñó el Buda.
Sentarse con las piernas cruzadas, el cuerpo erguido, concentrados en la respiración.
A este método lo llamó dhyāna, absorción meditativa. Pero esa absorción meditativa no es sólo hacia dentro. Es a la vez hacia dentro y hacia fuera.
Hacia dentro podemos observar la habitación mental con desapego. Observamos si esta sucia o limpia, si está ordenada o desordenada. Observamos, "esto es el aburrimiento ", ahora estoy aburrido, el aburrimiento surge así, cuando echo de menos más estímulos...
Hacia fuera, estamos en contacto con este instante, con este aquí y ahora, a través de la vista, oído, olfato, gusto, tacto y conciencia, "este es el aire frío de la mañana en mi cara".
Podemos entrar y salir de la habitación mental apoyándonos en la postura del cuerpo y en la respiración. Trasladamos nuestra conciencia al cuerpo que respira, primero a algún aspecto de la postura, luego al cuerpo en su conjunto, hasta que el cuerpo que respira es nuestra conciencia. Luego, el cuerpo que se mueve, el cuerpo que trabaja, el cuerpo que descansa, el cuerpo que se asea, es nuestra conciencia.
Cuando profundiza dhyāna el cuerpo que respira también se desvanece, y la conciencia no necesita apoyarse en nada en particular, se hace ku, dejas caer mente y cuerpo, esto también se llama "olvidarse de uno mismo". Pero para encontrar ese lugar primero hay que repetir y repetir, profundizar zazen sin ningún objetivo más que el de practicar zazen.
Bodhidharma le dijo a Eka en una ocasión; "cuando no dependas de las circunstancias externas, no encuentres ningún obstáculo interno, y tú mente se vuelva como un muro, entonces entrarás en la Vía ".
En zazen aprendemos a entrar y salir. Fuera, sin depender de nada, dentro, sin encontrar ningún obstáculo.
Carlos Veiga, monje Zen
Gassho