sokai dojo zen
¿Qué es un monje Zen según T. Deshimaru?
La acción oculta, secreta,
íntimamente realizada,
parecerá limitada y estúpida
Ser demasiado íntimo, en relación
demasiado estrecha con la verdad, es
una cortapisa para comprenderla. No
podemos ver la montaña cuando
estamos en la cima. […]
No acercarse demasiado ni alejarse en
exceso: es la Vía del medio, el budismo.
“No hay que correr tras la verdad ni
escapar de ella”, se lee en el Shodoka.
El Zen no es demasiado íntimo con la
verdad ni está demasiado lejos de ella.
Sin duda esto parece una contradicción,
pero también en este caso es preciso
abrazar los extremos.
El Maestro Kezan ha escrito: “La
apariencia exterior del monje Zen debe
ser como la luz de una linterna bajo el
sol del mediodía”. La montaña y los
campos se bañan, inmóviles, en silencio;
pero cada mañana renace el verdor
viviente. La gran tierra silenciosa es
pesada e inmóvil… El monje Soto Zen
debe tener su cuerpo en armonía con la
vida social y el espíritu jugando con la
creación de la naturaleza.
He aquí, al respecto, una historia taoísta:
Un amigo de So-Tsu dijo: “En mi jardín
hay un árbol muy grande, un árbol Cho.
Sus ramas son nudosas, sinuosas,
irregulares, y los brotes están tan
torcidos que uno no puede servirse de
ellos para nada”. Este árbol crecía al
borde del camino, era tan poco atractivo
que nadie le prestaba atención. No era
un árbol “útil”.
Algunos dijeron a So-Tsu: “Tus
enseñanzas son como esta encina, muy
profunda y muy grande, pero nada útil e
la vida cotidiana.”
So-Tsu respondió: “¿Conocéis el tejón y
su manera de cazar? Oculto, pegado al
suelo, observa los juegos de los ratones
y, de pronto, con un rápido gesto, atrapa
uno. Es un animal muy hábil. Su técnica
de caza es excelente. Sin embargo, cae a
veces en las trampas de los hombres. El
búfalos salvaje, al contrario del tejón,
tiene una cabeza grande como una nube.
No comestible, es prácticamente inútil.
Sin inteligencia, no pudiendo ni si
quiera cazar una rata, se contenta con
comer hierba. Vive apaciblemente en las
grandes praderas. No cae en las trampas
como el tejón.”
So-Tsu añadió: “Junto al camino, en mi
jardín, está este gran árbol inútil… no
me preocupo en absoluto de él. Podéis
trasplantarlo a un campo vecino o a
cualquier otro lugar. Os lo ruego,
saboread tranquilamente la vida bajo
este árbol. Es inutilizable, pero nunca
será cortado y su vida será larga. No
conoce el miedo ni la inquietud, no
sintáis pena alguna por él”.
Así es el monje Zen.
Deshimaru, T. (1979) La práctica del
Zen. Ed kairós. 8º Ed, p179
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¿Qué es un monje Zen según T. Deshimaru?
Un inútil total
